Luego mandó que se pregonara en Nínive: «Por decreto del rey y de su corte: »Ninguna persona o animal, ni ganado lanar o vacuno, probará alimento alguno, ni tampoco pastará ni beberá agua. Al contrario, el rey ordena que toda persona, junto con sus animales, haga duelo y clame a Dios con todas sus fuerzas. Ordena así mismo que cada uno se convierta de su mal camino y de sus hechos violentos. (Jonás 3:7, 8 NVI)
Una historia con un final que demuestra arrepentimiento de una ciudad por sus malos actos y dar una nueva dirección en sus vidas gracias a que un hombre obedeció, aunque un primer momento no fue así cambio su rumbo y atendió al llamado de Dios, al ir a Nínive y dar el mensaje de advertencia de Dios la vida de miles de personas dieron un cambio y no fueron muertos.
Proclamar el evangelio puede cambiar la vida de la gente porque pasa de estar en la muerte a vida, solo falta tomar la decisión de hacerlo y transformar sus vidas! Corre el riesgo por Dios!
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