Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, (Hebreos 12:1)
Imaginemos que esta a punto de empezar una carrera, tenemos mucho ánimo y muchas ganas de empezar, cuando es hora, corremos lo más rápido que podemos pero poco a poco nos vamos cansando porque el cuerpo se esta agitando, entonces bajamos el ritmo y ocurren dos cosas una: dejar la carrera porque ya no podemos o seguir poco a poco siendo constante hasta llegar a la meta; aunque suene raro así es nuestra carrera que tenemos en este mundo, muchos la dejan se cansan y fracasan siempre están pensando en preocupaciones, miedos del futuro, insatisfacción en vez de confiar en Dios y seguir por lo tanto no cumplen el plan de Dios en sus vidas,; pero hay otro grupo de gente esforzada, activa, perseverante y enfocada que con constancia siguen la carrera con una buena actitud que esa paciencia tal vez no están corriendo rápido pero nunca se paran y poco a poco irán avanzando más! ¿Qué tipo de persona eres tu, la que abandona la carrera o la que persiste hasta llegar a la meta?
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